Diseño

Superficie: 1.000 m²

Localización: Estepona, Málaga (Spain)

El proyecto del orquidario nace con vocación de jardín botánico. Sobre los terrenos de la antigua Cooperativa Agrícola de Estepona y en un barrio algo degradado se proyecta un gran jardín que en esencia había de ser un pequeño jardín botánico.

Dado que la superficie no era demasiado grande para tal fin, se decide que en él se levante un edificio singular que albergue una importante colección de orquídeas de diferentes partes del mundo.

Es redactado por un equipo multidisciplinar en el que están los arquitectos, ingenieros hidráulicos, técnicos en climatización, botánicos y yo como paisajista. Mi papel dentro de este equipo es la redacción y dirección técnica del paisajismo desde las líneas del diseño a la elección y selección de los materiales y, cómo no, las especies vegetales.

Siempre he creído que si una persona encuentra utilidad en algo, con independencia de su belleza estética sin más, le resultará más atractivo algo. Así intenté recopilar aquellas plantas que tuvieran un interés para los visitantes que carezcan de conocimientos botánicos ya que serían los más numerosos.

Cuando proyecté este espacio verde imaginé una zona sin barreras arquitectónicas ni visuales (no hay vallado perimetral ni muros ni puertas), cualquier persona al margen de sus capacidades físicas puede atravesarlo sin necesidad de ayudas externas.

El jardín sobre el que se sitúa el orquidario lo forma una gran pradera que se ve interrumpida por dunas que generan lugares de disfrute, juego y ocio. Todo el jardín es una gran zona de disfrute. Visitas a países del Sudeste asiático , jardines botánicos de entornos tropicales y alguna que otra película me sirvieron de inspiración al margen de mi pasión por la botánica que me llevó al estudio exhaustivo de plantas tropicales de Asia, África y América del Sur.

Estas plantas, la mayoría de ellas epifitas, necesitan un soporte para vivir ya que pocas de ellas anclan sus raíces en la tierra. Así, se proyecta un invernadero que reproduciría hábitats tropicales con diferentes plantas del mundo para que, muchas de ellas, fueran soporte para estas orquídeas.

El edificio, diseñado por los arquitectos Fernando Gómez Huete y Gustavo Gómez Huete responde a formas orgánicas y líneas contemporáneas. En el nivel de calle y en la entrada se sitúan dos jardines verticales móviles con helechos y bromelias dispuestas haciendo dibujos y generando volúmenes y texturas. En este primer nivel encontramos plantas tropicales como la Pachira acuática, Caryota urens, Ficus Lyrata, Macrozamias y demás plantas que con sus diferentes formas, colores, floraciones y fragancias guían al visitante entre orquídeas y trepadoras hasta un bosquete de Bambú gigante a través del cual se llega al mirador que se encuentra a una altura de doce metros sobre el estrato inferior.

Una rampa que recorre el muro curvo del fondo norte del edificio sirve para salvar esa tremenda diferencia de cota entre ambos niveles. La rampa discurre pegada al muro en el que un inmenso jardín vertical de 300 m² con orquídeas, helechos, gramíneas y otras plantas tropicales compiten en belleza y espectacularidad con la singular cascada de agua fabricada en acero corten de dieciséis metros de altura.

El visitante se ve sorprendido por una cortina de agua que salta sobre él. Este agua cae con fuerza sobre un estanque con plantas acuáticas y un puente de madera que lo atraviesa. En este nivel, mucho más exuberante que el superior, podemos encontrar plantas como la Bixa Orellana de la que se extrae un pigmento natural para colorear el carmín de labios, la orquídea que tiene como fruto la vainilla, diferentes variedades de Passiflora, la planta del café o Coffea arabica, Roystonea regia o palmera real cubana, el Ylang ylang del que se extrae aceite esencial presente en numerosos perfumes así como un sinfín de plantas y orquídeas en miniatura que pueden ser observadas a través de una lupa.

 

Diseño

Superficie: 1.000 m²

Localización: Estepona, Málaga (Spain)

El proyecto del orquidario nace con vocación de jardín botánico. Sobre los terrenos de la antigua Cooperativa Agrícola de Estepona y en un barrio algo degradado se proyecta un gran jardín que en esencia había de ser un pequeño jardín botánico.

Dado que la superficie no era demasiado grande para tal fin, se decide que en él se levante un edificio singular que albergue una importante colección de orquídeas de diferentes partes del mundo.

Es redactado por un equipo multidisciplinar en el que están los arquitectos, ingenieros hidráulicos, técnicos en climatización, botánicos y yo como paisajista. Mi papel dentro de este equipo es la redacción y dirección técnica del paisajismo desde las líneas del diseño a la elección y selección de los materiales y, cómo no, las especies vegetales.

Siempre he creído que si una persona encuentra utilidad en algo, con independencia de su belleza estética sin más, le resultará más atractivo algo. Así intenté recopilar aquellas plantas que tuvieran un interés para los visitantes que carezcan de conocimientos botánicos ya que serían los más numerosos.

Cuando proyecté este espacio verde imaginé una zona sin barreras arquitectónicas ni visuales (no hay vallado perimetral ni muros ni puertas), cualquier persona al margen de sus capacidades físicas puede atravesarlo sin necesidad de ayudas externas.

El jardín sobre el que se sitúa el orquidario lo forma una gran pradera que se ve interrumpida por dunas que generan lugares de disfrute, juego y ocio. Todo el jardín es una gran zona de disfrute. Visitas a países del Sudeste asiático , jardines botánicos de entornos tropicales y alguna que otra película me sirvieron de inspiración al margen de mi pasión por la botánica que me llevó al estudio exhaustivo de plantas tropicales de Asia, África y América del Sur.

Estas plantas, la mayoría de ellas epifitas, necesitan un soporte para vivir ya que pocas de ellas anclan sus raíces en la tierra. Así, se proyecta un invernadero que reproduciría hábitats tropicales con diferentes plantas del mundo para que, muchas de ellas, fueran soporte para estas orquídeas.

El edificio, diseñado por los arquitectos Fernando Gómez Huete y Gustavo Gómez Huete responde a formas orgánicas y líneas contemporáneas. En el nivel de calle y en la entrada se sitúan dos jardines verticales móviles con helechos y bromelias dispuestas haciendo dibujos y generando volúmenes y texturas. En este primer nivel encontramos plantas tropicales como la Pachira acuática, Caryota urens, Ficus Lyrata, Macrozamias y demás plantas que con sus diferentes formas, colores, floraciones y fragancias guían al visitante entre orquídeas y trepadoras hasta un bosquete de Bambú gigante a través del cual se llega al mirador que se encuentra a una altura de doce metros sobre el estrato inferior.

Una rampa que recorre el muro curvo del fondo norte del edificio sirve para salvar esa tremenda diferencia de cota entre ambos niveles. La rampa discurre pegada al muro en el que un inmenso jardín vertical de 300 m² con orquídeas, helechos, gramíneas y otras plantas tropicales compiten en belleza y espectacularidad con la singular cascada de agua fabricada en acero corten de dieciséis metros de altura.

El visitante se ve sorprendido por una cortina de agua que salta sobre él. Este agua cae con fuerza sobre un estanque con plantas acuáticas y un puente de madera que lo atraviesa. En este nivel, mucho más exuberante que el superior, podemos encontrar plantas como la Bixa Orellana de la que se extrae un pigmento natural para colorear el carmín de labios, la orquídea que tiene como fruto la vainilla, diferentes variedades de Passiflora, la planta del café o Coffea arabica, Roystonea regia o palmera real cubana, el Ylang ylang del que se extrae aceite esencial presente en numerosos perfumes así como un sinfín de plantas y orquídeas en miniatura que pueden ser observadas a través de una lupa.

 

Obra finalizada

Proceso